Resiliencia y prosperidad

Editorialista invitado: Lorenzo J. de Rosenzweig

Agosto 3, 2023

 

Una ciudad es resiliente, próspera y competitiva cuando está anidada en paisajes funcionales y bien conservados que la proveen de servicios ambientales esenciales para el bienestar de la población. Servicios como provisión de agua en calidad y cantidad, aire limpio, suelos fértiles y oportunidades de recreación para fortalecer la salud física y espiritual de las personas.

 

La Zona Metropolitana de Monterrey es un referente nacional e internacional por su capacidad emprendedora y su prosperidad económica. Pero hasta ahora no ha atendido de manera adecuada una de sus mayores fuentes de riqueza, las áreas naturales, ríos y paisajes montañosos que la rodean.

 

Muy pocos estudios toman en cuenta la aportación de las áreas naturales y los ecosistemas a la economía de una región. El suelo, el agua, el aire y la biodiversidad se consideraban bienes gratuitos, que pueden derrocharse sin límites. La degradación de los ecosistemas en el mundo entero, y la realidad de la crisis climática que enfrentamos hoy día en México y el Planeta, nos obliga a reconsiderar este modelo lineal.

 

Asignar un valor a los servicios ecosistémicos o ambientales visibiliza ante la sociedad los costos reales que enfrentamos al afectar nuestro entorno natural y nos aporta información clave para tomar decisiones, especialmente en materia de políticas públicas y regulación ambiental. Hacerlo de ninguna manera significa privatizarlos, es el primer paso para valorarlos en su justa dimensión, y protegerlos con una visión integradora de largo plazo.

 

Los servicios ambientales se agrupan en tres categorías principales: a) Servicios de abastecimiento como agua, alimentos, medicinas y materias primas; b) Servicios de regulación como calidad del aire, almacenamiento de carbono, moderación de fenómenos naturales, y polinización de cultivos; c) Servicios intangibles y culturales que, entre otros, incluyen salud, identidad cultural, recreación y turismo.

 

Un estudio reciente (2022) del Instituto de Prosperidad del Gobierno de Ontario, en Canadá, estima que el valor de los servicios ecosistémicos provistos por las áreas naturales que rodean a la ciudad de Toronto y municipios colindantes es de aproximadamente 2,700 millones de dólares canadienses al año, por concepto de recreación y turismo, suministro de agua potable y protección contra inundaciones.

 

En su publicación científica del año1997, Robert Costanza estimó el valor global de los servicios ecosistémicos del planeta para el año de 1995 en 33 trillones de dólares (US$33,000,000,000,000) y una revisión académica 6 años más tarde validó la metodología del estudio y aumentó el valor a 130 trillones de dólares para el año 2011, casi dos veces mayor que el Producto Mundial Bruto para ese mismo periodo (74 trillones de dólares).

 

¿Qué valor económico tienen hoy los paisajes naturales que rodean nuestra ciudad, especialmente el Parque Nacional Cumbres de Monterrey, la subcuenca hídrica del Río Santa Catarina, el propio río, y otros territorios aledaños, esenciales para proveer de agua a millones de personas y miles de empresas? No tenemos una respuesta. Sabemos que debe representar cientos de millones de pesos al año, pero faltan investigaciones al respecto.

 

En el 2020 el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático hizo un análisis sobre el número y alcance de los estudios de valoración económica de servicios ecosistémicos realizados en México entre 1990 y 2019. En este periodo se generaron en promedio 6.5 estudios anuales, muy pocos para un país tan diverso en ecosistemas como el nuestro.

 

Es urgente incorporar el valor de estos servicios a la economía de nuestras zonas metropolitanas y de nuestro estado. Solo así podremos planear, de una manera justa e inteligente, los esfuerzos e inversiones que, como sociedad y gobierno, debemos aportar y ejercer para conservar nuestros ríos y montañas.

 

Es un paso indispensable para alcanzar la resiliencia y prosperidad que merecen, y en su momento demandarán, las futuras generaciones del noreste mexicano.

 

Fuente: https://www.elnorte.com/resiliencia-y-prosperidad-2023-08-04/op254081

 

 

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